“Judío soy y nada humano me es ajeno”

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Entrevista a Daniel Fainstein: Decano de Estudios Judaicos de la Universidad Hebraica

Recientemente, el Dr. Daniel Fainstein tomó posesión como Decano de Estudios Judaicos de la Universidad Hebraica. El cargo conlleva importantes cambios para la institucion y para el académico. Por un lado, a partir de ahora se trabaja en la creación de una Facultad de Estudios Judaicos, lo que reposiciona a la Universidad como institución líder en éste ámbito en América Latina y abre nuevas oportunidades de estudio. Por el otro, el antes Rector se ocupará de lleno de las labores académicas encaminadas a fortalecer esta área del conocimiento, dejando el área administrativa. Ante el importante suceso, decidimos hacerle una entrevista para dimensionar la importancia de la transformación y sus expectativas a largo plazo. A continuación presentamos la interesante charla:

Entrevistador UH:

Nos gustaría empezar preguntándole por qué es importante que una universidad mexicana se plantee el estudio de la cultura judaica, específicamente de la cultura hebraica, como una rama del conocimiento…

Dr. Daniel Fainstein:

Me parece que es una pregunta muy pertinente y tiene varias líneas de respuesta. En primer lugar, en todas las grandes universidades del mundo existen Estudios Judaicos; en algunos lugares hay institutos, hay departamentos o hay por lo menos cátedras, porque la cultura judía es una cultura que ha tenido un enorme impacto en el desarrollo de la civilización de occidente. Entonces, en numerosas universidades del mundo, las más prestigiadas de Europa, de Estados Unidos, de Israel por supuesto; se estudian temas conectados con la Biblia, con su recepción y con su impacto en la cultura: la época del Segundo Templo, el origen del Cristianismo, temas que tienen que ver con la historia medieval ya sea en España o sea en Europa, otros que tienen que ver de forma más moderna con la Shoá y el holocausto y todo su impacto en la cultura contemporánea; y también temas conectados con la problemática de Israel y Medio Oriente; y de pensadores judíos contemporáneos, que son figuras que han tenido un enorme impacto más allá del ámbito judaico. Menciono a Martin Buber, a Emmanuel Lévinas, a Hans Jonas, a Hannah Arendt; todas figuras que tienen un fuerte arraigo en la cultura, en la filosofía, el pensamiento judío. Al mismo tiempo son muy destacadas dentro del ámbito de la cultura europea y moderna contemporánea, ¡y puedo mencionar a muchas otras figuras! Entonces, esa es una línea.

Otra línea tiene que ver con que en México no hay una institución equivalente a la Universidad Hebraica que se ocupe de estos temas. La Hebraica desde su fundación, que tuvo lugar hace 24 años, entendió que deberíamos poder difundir y expresar a la sociedad mexicana todo lo conectado con la cultura judía. Además de servir a las necesidades de formación docente de la comunidad, fundamentalmente, la Universidad es el referente de la civilización de la cultura judaica en la sociedad mexicana; y en este sentido creo que los Estudios Judaicos constituyen un elemento clave de las humanidades. En estos momentos de crisis política, social, cultural,  de tanta incertidumbre, creo que el papel de las humanidades es fundamental y los Estudios Judaicos son un componente clave en la historia de las humanidades.

No se pueden enteder la cultura, la literatura o el arte moderno sin el impacto de la Biblia. No se pueden entender muchos aspectos de la cultura contemporánea sin figuras claves que se entrecruzan entre la cultura judía y la cultura general. Hablo lo mismo de Baruch Spinoza, que de las figuras contemporáneas que mencioné anteriormente y de muchas otras más como Moses Mendelssohn. Hay incluso figuras conectadas con la propia historia de los orígenes de nuestro país durante la época de la conquista. En México hemos descubierto recientemente el documento de los Carabajal, que justamente va a volver al archivo nacional y que es uno de los primeros testimonios judíos de comienzos de la conquista. Es decir, la presencia judía es muy fuerte, fuera de toda proporción del tamaño que tienen los judíos a nivel del mundo, y por eso creo que es fundamental impulsar los Estudios Judaicos en México como parte de las humanidades y de las ciencias sociales,  es parte de preservar las memorias culturales en una época donde todo es rápido e instantáneo y se pierden siglos de sabiduría y experiencia.

Entrevistador UH:

¿Cuáles serían los ejes para recuperar estas memorias culturales?

Dr. Daniel Fainstein:

Como toda universidad, nosotros trabajamos en las líneas básicas, una tiene que ver con la investigación. Este es un campo que queremos profundizar y ya estamos en contacto con distintas universidades de colegas tanto en México como en el exterior para poder generar unos proyectos específicos de investigación, de temas desde la inmigración a México, otros que tienen que ver con el papel de la religión en el espacio público, con las sociedades contemporáneas y otras pautas culturales de nuestro tiempo que vale la pena investigar. El ámbito de la investigación me parece fundamental.

En la Universidad Hebraica impulsamos desde su fundación, la formación docente. La institución ya ha producido dos libros de un programa que hemos desarrollado para capacitar a los maestros para hacer una práctica reflexiva y diseñar un programa de investigación, con lo que buscamos vincular su acción mediante proyectos innovadores. Muy pronto sacaremos el tercer libro del programa REMIX, lo que constituye toda una línea de investigación en el área educativa. Pero también hay mucho por hacer en el ámbito histórico, sociológico, y en los estudios de la cultura.

Otra línea es la enseñanza, una forma a través de la que uno recupera aspectos de la cultura que resultan desconocidos para mucha gente. Es una muy grata sorpresa redescubrir el mundo de los estudios bíblicos, del pensamiento talmúdico, de la mística judía, de la kabbalah, que es un campo que despierta mucho interés, inquietud.  Creo que detrás de da docencia y la enseñanza y del proceso que conllevan, se permite que la gente descubra aspectos fundamentales de la cultura y la civilización judía que no tenía ni idea que existían.

El tercer ámbito tiene que ver con la divulgación de la cultura que es parte de nuestra misión . Por eso tenemos programas con el Claustro de Sor Juana y en este momento impartimos también clases en la UNAM, como resultado de un programa que se ha hecho de manera conjunta con unos amigos y colegas sobre la Biblia Hebrea, el Tanaj y el Corán. Acuden estudiantes de Filosofía y Letras de la UNAM , aproximadamente unos 50 alumnos que vienen porque no conocen nada sobre estos componentes claves de la civilización contemporánea.

Tenemos también relaciones con universidades de Israel y de Estados Unidos para profundizar en estas áreas, y a mí me parece que las memorias culturales juegan un papel clave en esta era de globalización. Nuestra labor en el área de la divulgación es sobresaliente. Próximamente tendremos también un seminario con la Dra. Daniela Gleizer y el Dr. Jesús del Prado sobre los orígenes tanto del judaísmo en México a través del documento de los Carabajal, como de la política migratoria del país hacia los refugiados en los años 30 y 40.

Es decir, todo el tiempo generamos acciones para preservar, transmitir y también recrear, en cierto sentido, las memorias culturales que son fundamentales. Una cosa muy importante es que hemos comenzado un proceso de edición de libros, queremos empezar a publicar, tanto libros inéditos como traducir libros importantes que no están en español para que puedan llegar a más lectores.

Entrevistador:

Daniel Fainstein es la marca más consagrada de la Universidad Hebraica, por decirlo de algún modo. Pensando en usted justamente así,  como marca académica, ¿Qué cambio hay ahora, quien es Dany Fainstein y que cambios representa para él ser el primer decano que tiene la universidad?

Dr. Daniel Fainstein:

Como se dan cuenta por mi acento, nací en Buenos Aires. Me formé en distintas universidades. Primero en la universidad de Buenos Aires, que podríamos decir, es el equivalente a la UNAM aquí, la universidad pública más grande, más importante en el país, donde estudié sociología. Al mismo tiempo hice mis estudios rabínicos en el Seminario Rabínico Latinoamericano M. T. Meyer; después complete mi maestría en judaísmo contemporáneo y educación y luego hice una especialidad en el Jesuralem Fellows Program del Mandel Center en filosofía judía contemporánea.

Finalmente, tuve el gusto de poder doctorarme en la UNAM, en el área de Ciencias Políticas y Sociales con una tesis que articula lo social, lo político con lo judaico, porque hablo de la desprivatización de la religión, que es un concepto sociológico en las discusiones acerca de la secularización, pero aplicado a pensadores judíos contemporáneos. Esos temas siempre los estuve trabajando en la educación, siempre estuve trabajando marcos universitarios. Soy un apasionado de la cultura judía, de la cultura en general, como planteé siguiendo una frase del profesor Shalom Rosenberg, profesor de la universidad Hebrea de Jerusalén, quien por cierto ya fue profesor invitado acá en la Universidad: “Judío soy y nada humano me es ajeno”.

Mi lema es “Judío soy y nada humano me es ajeno”, tuve la suerte de tener maestros que me mostraron ese camino, me apasionan la literatura, la música, algunos aspectos del arte, el cine la música popular, una enorme diversidad en la música clásica, por supuesto. En ese sentido, siempre he sido una persona a la que le apasiona la cultura, los textos. Desde los 16 años empecé a armar mi biblioteca, hoy en día tengo más de 7mil volúmenes en mi biblioteca personal que fui armando de a poco y muy variado, tengo mucho de estudios judaicos, tengo de literatura, filosofía, sociología, historia, distintos temas que me interesan.

El hecho de que con la restructuración que hemos hecho en la universidad deje el rectorado para asumir el cargo de Decano en Estudios Judaicos significa dos cosas. Por un lado, un crecimiento en la universidad, en la cual los estudios judaicos ya son una Facultad; estamos desarrollando y trabajando para crear toda la estructura académica y de personal que requerirá un proceso de varios años.

En segundo lugar, desde mi punto de vista, representa una focalización. Es decir, ya no me voy a ocupar de aspectos más políticos o de índole institucional, aspectos administrativos que tienen que ver con todos los campos en los que es activa la universidad; sino que ahora me voy a focalizar específicamente en los Estudios Judaicos, para darle más fuerza, para seguir trabajando eso siempre. Amo la docencia y por eso creo que debo ser el único caso, al menos el único que yo que conozco, de un rector que es profesor full time simultáneamente, porque siempre estoy enseñando de 3 a 5 cursos semestrales, lo que es muchísimo, pero al mismo tiempo es algo que me apasiona. También tiene que ver con que nos faltan más recursos humanos en la Universidad especializados en Estudios Judaicos, no hay muchos ejemplos de personas locales.

Hay una frase en el Talmud que dice: “Cuando no hay alguien que se haga cargo, tienes que hacerte cargo tu”; por todos estos factores me dedico al tema, pero yo estoy muy contento de este cambio y soy muy optimista, porque veo el eco que esto está teniendo, veo que todo tipo de públicos académicos está interesado. Lo puedo afirmar de la UNAM,  este programa y otro de un ciclo anterior que tenía que ver con la filosofía judía y la filosofía islámica, tuvieron un enorme éxito, un enorme impacto; hay una muy buena disposición en el mundo global a comprender más, a abrirse a temas que a primera vista les parecían esotéricos o poco conocidos. Soy optimista en que vamos a poder avanzar, también me interesa fortalecer mi investigación, hay mucho por investigar, en México, aspectos de la cultura judía, de la comunidad judía, de la religión en general, de la cultura en general; como en todos los demás campos que comprenden los estudios judaicos y que van desde los estudios bíblicos hasta el cine contemporáneo.

Los judíos tienen un enorme papel en el cine. Si se piensa en las películas premiadas por los Oscares, en una muestra pequeña de las mejores películas extranjeras de los últimos años, 6 o 7 de ellas son películas con temáticas judías. El hijo de Saúl es un ejemplo, una película sobre el holocausto, muy dura, pero uno puede encontrar muchísimas otras películas también y uno puede ver que los Estudios Judaicos son un campo en franco desarrollo y crecimiento a nivel mundial. Estuve en el mes de diciembre en el Congreso Anual de la Asociación de Estudios Judaicos que es la organización nuclear de todos los investigadores, y cuando uno ve el catálogo de programas es impresionante, va desde temas de lenguas antiguas hasta el cine soviético y sus representaciones judías, hasta Hollywood y las películas o las series actuales que también reflejan y construyen un imaginario de lo judaico. Yo estoy muy contento con este cambio como Decano porque me va a permitir poner toda mi energía precisamente en este tema y liberarme de otras áreas que otros colegas y amigos tomarán y a las que le darán un nuevo empuje y un nuevo desarrollo.

Entrevistador:

Para finalizar, a mí me gustaría hacerte una pregunta complicada pero que creo que es importante. En un mundo donde ser Rector significa tener un cargo político, donde lo que generalmente hacen  los Rectores es crecer políticamente y abandonar la vida académica, necesariamente es un parteaguas que un Rector decida que lo suyo es la academia, que regrese al cubículo, se quite la corbata… Te veo fresco, relajado, en lo tuyo. Yo creo que coincidiremos en que las universidades deben ser dirigidas por académicos y no por técnicos o administradores, esa es otra parte que se puede cubrir. Así que,  ¿qué sientes de volver completamente de lleno a la academia?

Dr. Daniel Fainstein:

Bueno, como decía anteriormente, me pone muy feliz, me alegra mucho la comprensión de mi patronato, el patronato de la universidad es un patronato extraordinario, de gente muy comprometida con la causa, gente que reconoció el valor y la potencia que cada uno tiene en lo suyo. Tenemos gente muy buena en el ámbito administrativo, organizativo, de planeación estratégica que ha hecho un excelente trabajo me refiero a nuestro Director General, el Licenciado Daniel Yoffe. Pero también ellos entienden y valoran que el núcleo de una institución académica es la educación, la calidad de sus profesores. A veces veo que hay instituciones que aparentemente está bien organizadas, tienen alumnos, funcionan; pero no hay ninguna efervescencia intelectual. No se nota esa atención creativa que es lo que a mí me parece que es fundamental y tenemos que traerlo, discutiendo temas a veces polémicos en un espacio plural y serio.

Yo estoy muy contento de que los dirigentes de nuestro Consejo de la Universidad, entiendan y valoren cual es la misión de nuestra institución, dónde está lo central de una institución académica. Si bien, nos hace falta capacidad política y capacidad de recaudación de fondos, de proveer recursos para poder seguir creciendo, queda muy claro que el corazón de una institución académica tiene que ver con lo que pasa en las salas, en las aulas, en los lugares de investigación, en la biblioteca. El núcleo de una institución universitaria tiene que ser un espacio de encuentro con la cultura. Muchas veces se ha perdido esa mística, parece que asisto para tener un título, una carrera. El utilitarismo tan fuerte de la sociedad contemporánea degrada en cierto sentido, y particularmente en el ámbito de las humanidades, estos temas.

Mi maestro, el Rabino Meyer que estudió en la universidad de Darmouth, una de las mejores universidades de Estados Unidos, una de las universidades clásicas de alto nivel; él escribía el clima que sentía en las clases, quedaba emocionado por horas, no podía dormir, porque lo que había escuchado le hacía pensar, porque es eso, lo que se llama generalmente las liberal arts, los estudios de humanidades, tienen que ver con exponer a la gente a las grandes ideas, a las grandes tradiciones; eso genera pasión, eso genera una movilización de uno, y lo bueno es que la gente puede explorar en un ambiente seguro como lo es una universidad, ideas y posturas para ir asumiendo y construyendo las propias.  Y no solamente es una formación técnica, mecánica; sino que hay que entender que aquí lo que está en juego es el espíritu humano. Nos ocupamos del espíritu humano, y la cultura es algo esencial para el ser humano, sin eso no somos nada, somos autómatas, robots. Por eso a mí me parece fundamental este tema, y creo que el liderazgo de la universidad lo ha tenido claro; que el corazón está en lo académico, en lo educativo y ahí es donde tenemos que poner la mayoría de los recursos.

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Agradecemos al Dr. Fainstein su tiempo y le deseamos el mejor de los éxitos como Decano de Estudios Judaicos. Se trata de un gran paso para la Universidad Hebraica que le permitirá seguir fortaleciéndose y creciendo en todos los ámbitos. Los trabajos que se emprendan de ahora en adelante para la creación de la Facultad de Estudios Judaicos permitirán ir abonando un futuro brillante para todos los miembros de la universidad, de la comunidad y de México.

 

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