Hacer bien el bien: una CADENA de ayuda

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Uno de los más destacados egresados de la Maestría en Estudios Judaicos está de vuelta en la Universidad Hebraica. Se trata de Benjamín Laniado, fundador y presidente del Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales (CADENA), quien ha iniciado sesiones de trabajo con el equipo de la UH para explorar nuevas posibilidades de vinculación entre ambas instituciones en los temas de manejo de crisis y ayuda humanitaria.

CADENA es una organización concebida para ayudar, para construir un mundo mejor: una organización que pone en lo más alto el precepto judío del Tikkun Olam. La Universidad Hebraica está orgullosa de presentar a uno de sus egresados, que, ahora más que nunca, aporta sus conocimientos a la reconstrucción de nuestro país, recientemente sacudido por un terremoto.

Además de lo mencionado, Benjamín Laniado es presidente y CEO de Alta Prevención WT México, empresa dedicada a la aplicación de tecnología de punta para prevenir desastres y salvar vidas que opera, no sólo en México, sino también en Guatemala, Colombia, Costa Rica, República Dominicana y El Salvador. Nuestro exalumno recibió en 2014, de manos del presidente de México, el Premio Nacional de Protección Civil; también fue galardonado con el premio CLARES al Líder Social de la Universidad Anáhuac. Asimismo, Benjamín Laniado es consejero del Centro Nacional de Apoyo para Contingencias Epidemiológicas y Desastres (CENACED), y miembro, en 2016, de las juntas de Trabajo Nacionales y Regionales para la Cumbre de Ayuda Humanitaria en Estambul. Ha comandado varias misiones de ayuda humanitaria en casos de desastres naturales y emergencias en los últimos 9 años.

Sin duda, no hay un perfil más capacitado que el de nuestro exalumno para organizar la ayuda en casos de emergencia nacional.  De este modo, Benjamín Laniado demuestra que es preciso saber cómo intervenir en una crisis como la que atraviesa México en estos momentos, pues nadie vive preparado para enfrentarlas. La labor de este hombre es fundamental para activar la resiliencia de las personas y de las ciudades y, así, lograr la óptima reconstrucción de nuestro país.

Es un orgullo para la Universidad Hebraica formar a gente tan valiosa y útil para hacer de éste un mundo mejor. En este sentido, Laniado expresa que su formación en la Universidad Hebraica le ha servido para mantener un equilibrio entre el conocimiento técnico (la aplicación de tecnologías para salvar vidas y prevenir desastres) y un análisis filosófico de impacto que evalúe y regule la aplicación del conocimiento técnico. Este equilibrio opera en función de procurar el bien para todos, de crear felicidad.

De acuerdo con este experto, después del terremoto del 19 de septiembre, existen dos realidades: la de la Ciudad de México y la del interior del país. Por un lado, la Ciudad de México cuenta con los medios para reconstruirse y tiene más capacidad de resiliencia. Por otro lado, el interior de la República tiene más dificultades para reconstruirse, pues hay poblados de difícil acceso y toda la ayuda que se acopió no se distribuye equitativamente.

Así que, al momento de ayudar, se debe tener la sensibilidad para poder detectar las necesidades más apremiantes de cada comunidad, para que la ayuda sea realmente efectiva: no es suficiente hacer el bien si no se hace bien. No se puede llegar a la sierra tarahumara con latas de atún, porque no se van a consumir, por ejemplo, o no se puede llevar calzado industrial a la sierra de Chiapas, porque no es lo que sus habitantes requieren. Laniado alecciona: debe ponerse a la gente en el centro; sólo acercándose a los habitantes y estableciendo interacciones sociales se puede sondear realmente qué necesitan. En esto se refleja el equilibro que se mencionaba anteriormente. Esto es hacer bien el bien.

Una vez que una persona comienza con la ayuda humanitaria, es difícil que la deje, pues se trata de una actividad que provee de vida, que le da a quien la lleva a cabo, la certeza de que tiene algo que hacer en esta vida: ayudar a los demás, construir un mundo mejor». Los voluntarios de CADENA ponen al servicio de los demás su fuerza y sus conocimientos, orientados por la ingente capacidad de su presidente y fundador, Benjamín Laniado.

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