El Dr. Manuel Mondragón y Kalb visita la Universidad Hebraica para hablar sobre la marihuana y su impacto psicosocial

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El pasado martes 17 de enero se presentó en las instalaciones de la Universidad Hebraica el Comisionado Nacional contra las Adicciones, Dr. Manuel Mondragón y Kalb,  con la conferencia magistral “Impacto psicosocial del consumo de la marihuana”. El tema, que como es sabido, tiene una importancia de primer orden, se refleja en la apremiante necesidad de formar capital humano que pueda hacerle frente. Por ello se creó la Maestría en el Estudio de las Adicciones en el seno de la Universidad Hebraica, misma que espera recibir a su cuarta generación de estudiantes próximamente.

Según lo expuso el Dr. Manuel Mondragón, hoy día se ha vuelto imprescindible hablar sobre la marihuana fuera de malas concepciones que se han propagado en torno al tema, pues los medios de comunicación lo han tergiversado desvinculando su dimensión como un problema de salud pública en virtud de los usos políticos a los que ha estado asociado. Sin embargo, el argumento fue recientemente abierto a la opinión pública con la intención de debatir en torno a la liberalización de la sustancia. Según Mondragón, argumentar en favor de ésta última, tomando como argumento la comparación del caso mexicano con el de Uruguay y Holanda es un error, dado que por lo menos hay dos diferencias fundamentales que agregan a la situación de nuestro país una complejidad inusitada: por un lado, México es un país productor de marihuana; por el otro, lleva años luchando en contra del crimen organizado.

Por otro lado, es importante aclarar que la marihuana no se liberalizó, toda vez que en la legislación no existe una permisión formal para su uso recreativo. Si bien, se han encontrado algunos usos medicinales para la misma, lo cierto es que no ha demostrado ser mejor que los medicamentos existentes para los padecimientos a los que está asociada. Según el Dr. Mondragón, la Secretaría de Salud está abierta a que mediante pruebas sólidas académica y científicamente se demuestre su uso y ventajas atendiendo a los requisitos que debe cumplir cualquier patente para su registro. Hasta ahora, esto no se ha llevado a cabo, pues es preciso demostrar su capacidad químico-farmacológica para que pueda ser aprobada.

Con todo, en México, fumar marihuana es un delito. Es importante considerar que legalizar la marihuana sólo desencadenaría  problemas conexos a su uso. No bajarían los índices de criminalidad, pues la producción actual de marihuana está fuera de control, no se pueden establecer medidas para la compra y venta. En la última encuesta se descubrió que decenas de miles de menores de edad están usando marihuana. Pero además, el crimen organizado no se concreta a la producción y tráfico de la marihuana; lo hace también con la cocaína, metanfetaminas, amapola y heroína; existe la trata de personas y de armas, la importación de productos que no pagan impuestos, el robo de automóviles. Por ello, según Mondragón “Quienes defienden el uso de la marihuana argumentando que se acabará el crimen organizado no tienen idea de cómo funciona éste”.

En torno al debate, lo que debe señalarse es que la lucha fundamental es preservar la vida y proteger a todos los afectados, pues es evidente que el uso de la marihuana, y en general, todas las adicciones, son un problema social. Si bien, quizá lo único que debería conseguirse es desjudicializar su uso o ajustar ciertas cantidades en la legislación, pero debe comprenderse que esto no significa que se legalice su comercio.  Hay muerte en torno a las adicciones: el problema es muy grande y complejo, pero no se debe claudicar al enfrentarlo. Todos deberíamos luchar para evitar la autodestrucción.

Esta lucha tiene un fuerte papel dentro de los centros académicos, según afirmó el Dr. Mondragón, “Las universidades son nuestras aliadas”, pues generan investigación, analizan los mecanismos de prevención y acción en contra de las adicciones, y de manera muy significativa; proveen de capital humano altamente especializado y preparado para enfrentarlas. La Universidad Hebraica está consciente de ello y por esa razón su Maestría en el Estudio de las Adicciones es un programa clave para moldear un país y un mundo mejores.

Ve la conferencia completa aquí

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