José Gordon: la divulgación de la ciencia, curiosidad e imaginación para construir un mundo nuevo

publicado en: Estudios Judaicos | 0

“El segundo componente aplicado por Gordon para transmitir el conocimiento es contar historias en forma divertida y amable pero con gran respeto hacia los científicos y el público…” (1)

Uno de los grandes dolores que pesan sobre las ciencias, las humanidades, las artes y todos los saberes en general; es la fragmentación existente entre unas y otras. Este problema aqueja a las metodologías que producen el conocimiento y está asociado lo mismo al pragmatismo que a la inmediatez de un mundo donde la integración parece cada vez con mayor certeza la antítesis de la posmodernidad.

Cuando nos detenemos a pensar en las consecuencias de la disociación entre saber científico y humanístico, entre academia y público, entre especialistas y quienes no lo son; nos preguntamos si el temor a las ciencias, a las matemáticas (2), a la vida en general, no procederá también del alejamiento que existe de los lenguajes que generan a los del resto de la gente. Pareciera que los saberes se encuentran en un nicho inalcanzable que sólo llega al grueso de las personas en acabadas manifestaciones pragmáticas, pero de las que cada vez más ellas se sienten y saben ajenas. Sean cualesquiera las razones por las que esto ocurre, lo cierto es que es evidente la necesidad de fomentar una sana, seria y rigurosa divulgación científica que permita concientizar de cuán importante resulta conocer y comprender el universo que nos rodea.

Hombre conocedor y comprometido con esa tarea es José Gordon. Nacido en la Ciudad de México en 1953, cuenta con una amplia trayectoria como novelista, ensayista, traductor y periodista cultural. Fue conductor del Noticiario Cultural 9:30 y del suplemento literario Luz Verde, en Canal 22. Además escribe la columna de Ciencia y arte en la Revista de la Universidad de México, lugar donde también publica sus entrevistas. Además es autor y conductor de la serie de cápsulas televisivas Imaginantes, transmitidas por Televisa y que han sido premiadas en el NewYork Film Festival (3).

Pero quizá lo asociamos con especial excelencia al programa La Oveja Eléctrica del que es conductor, y que ha llevado al público cientos de relatos ambientados con animación digital. Su trabajo demuestra que la importancia de conjugar los saberes humanísticos con los científicos se encuentra en obtener las herramientas para comunicar de manera creativa lo más complejo de la investigación. Construir un relato entramando los diversos saberes, convirtiéndolos en algo realmente humano y cercano, transformando lo metonímico en metáfora, dando vida al mundo y creándolo nuevo y asequible; es la labor que tiene por objeto que cualquier persona conozca y comprenda, agregado nuevos saberes a su universo personal, potenciando su capacidad crítica y liberando su imaginación. La difusión amplía los horizontes de la audiencia dotándola de mecanismos para conocer lo que antes ni siquiera podía imaginar.

Por esta razón, el compromiso con el rigor, con la seriedad y el respeto al esfuerzo de la investigación es irrenunciable. No puede abandonarse la cientificidad por la imaginación, deben asociarse y fundirse de tal manera que la magia del comunicador sea transmitir efectivamente cualquier clase de mensaje. Explotar la curiosidad, emitir con imaginación , enseñar a preguntar: así se puede transformar una sociedad.

Todos los educadores deberían estar familiarizados con la importancia de la difusión de los saberes. Ya lo decía Einstein, “No entiendes realmente algo hasta que eres capaz de explicárselo a tu abuela”.  El lenguaje plantea múltiples posibilidades, traducir sistemas de signos es devolver la unidad a los distintos saberes a la humanidad. Umberto Eco explicaba con especial ingenio la forma en la que el saber se había fragmentado en distintas lenguas siguiendo la metáfora de la torre de Babel (4). Pero dentro de una misma lengua también hay fragmentación , pues existen códigos que no siempre son asequibles a todos. En este sentido, Gordon es un integrador.

La Universidad Hebraica cuenta con una amplia tradición formando educadores, pero además genera grandes académicos y humanistas. Consciente de la importancia de que el saber pueda viajar y convertirse en un instrumento transformador del mundo, ha invitado a José “Pepe” Gordon a impartir el seminario “El laberinto de la Identidad: intelectuales y escritores reflexionan sobre la identidad judía” que tendrá lugar el 27 de febrero y el 1 de marzo en sus instalaciones. Su perspectiva integradora promete funcionar como un catalizador del pensamiento que sea capaz de instigar una mejor comprensión de la identidad judía en particular, y del problema de las identidades en general, mismas que se manifiestan en el entramado social hasta nuestros días.

“Me parece muy importante que los avances en ciencia y tecnología lleguen a empresarios, a estudiantes, a toda la sociedad para que el conocimiento pueda ser asimilado y disfrutado por todos” (5).

Para mayores informes ponte en contacto con nosotros y atrévete a poner en duda tu propia perspectiva del mundo.

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(1) Antonio Trejo , “La ciencia es parte de la aventura humana”, entrevista a José Gordon en CONACYT Agencia informativa. México 24 de Febrero de 2015.
(2)El temor a las matemáticas lo plantea John Allen Paulos en su obra El hombre anumérico. El analfabetismo matemático y sus consecuencias. Tr. Josep M. Llosa. España: Tusquets, 2016. 208 p. (Matatemas, 20). Se trata también de una amena obra de difusión.
(3) Revista de la Universidad de México. Número 103/Autores/José Gordon. Nueva época. ISSN en trámite con núm. De Folio 493. Revista Mensual. http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/autores/gordon_jose.html
(4) Umberto Eco. Decir casi lo mismo. Experiencias de traducción. Barcelona [España]: Lumen,  2008. 544 p. (traducción e Interpretación).
(5)  Antonio Trejo, óp cit

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