Por: Yael Aspani, de segundo de preparatoria del Colegio Or-Hajayim, ganadora del segundo lugar en el concurso de ensayo Israel en México, organizado por la Universidad Hebraica.
Posterior a la creación del Estado de Israel en mayo de 1948, México estableció oficialmente su relación diplomática formal el 1 de julio de 1952 en la ciudad de Tel Aviv. Ambos países se han visto beneficiados en distintas áreas, por medio de una relación de amistad, colaboración, solidaridad, así como la contribución al Concierto Armónico de las Naciones.
Las estadísticas comerciales y las inversiones, han atestiguado el progreso y desarrollo de la relación bilateral que han construido estas dos naciones a lo largo de los años, en donde se gestó el Tratado de Libre Comercio en el año 2000. El ámbito político se vio reflejado con la apertura de embajadas en ambos países, así como en el ámbito económico, se dio el intercambio de materia y productos.
El Tratado de Libre Comercio beneficia a las dos partes, en donde se amplía el tamaño del mercado para sus empresas, ya que en algunos casos, la economía local tiene un tamaño reducido, ofrece muy pocas oportunidades de negocios y por lo tanto la reducción de empleos. Asimismo, este vínculo es una entrada comercial a la economía mundial.
Por otro lado, México encuentra en Israel un amigo con una industria de ciencia, ingeniería y tecnología altamente desarrollada. Esto resulta sumamente atractivo, especialmente por la búsqueda por parte de México a toda la tecnología más innovadora.
“Israel se ha visto forzado a crear y diversificar una infraestructura científica y tecnológica que cuenta con más de 30,000 investigadores, en una población que apenas llega a los cuatro millones. Se ha dicho que este país constituye una ciudadela tecnológica, pues ha incursionado en ramas industriales y agrícolas muy sofisticadas creando encadenamientos productivos que proporcionan el crecimiento sostenido”. (Hodara, 1986).
Un ejemplo claro y actual, fue el pasado 19 de septiembre del 2017, en donde un terremoto de 8.1 grados sacudió la ciudad de México, en donde hubo gran cantidad de escuelas y edificios derrumbados y otras miles de personas atrapadas entre los escombros. La gente pedía ayuda a gritos.
Ante esta situación, Israel decidió mandar una delegación de 70 miembros, conformado por ingenieros que revisaron y evaluaron los daños, profesionales de búsqueda y rescate, así como un equipo de apoyo médico y logístico.
Asimismo, este grupo israelí utilizó un tipo de tecnología muy avanzada, llamado sense-trough-the-wall, el cual penetra entre las ruinas y emite señales cuando se detecta un movimiento, respiración o alguna persona inconsciente debajo.
Este sistema, ayudó a rescatar a varias personas con vida de una forma rápida y eficaz, con un dispositivo que detecta vida a una longitud de hasta 20 metros por debajo, sin el cual no hubiera sido posible localizar a tantas personas en tan poco tiempo y probablemente la ayuda hubiera llegado demasiado tarde.
Un acontecimiento como este, benefició tanto a México como país, como a su comunidad judía. Es sabido que Israel es la tierra de los judíos y al reaccionar de una forma tan asertiva ante un desastre, se enalteció el nombre de Dios y de nosotros como judíos.
De tal manera, se ayudó a reducir el antisemitismo, no solamente en nuestro país, si no en el mundo entero. Todos los noticieros publicaron la ayuda proporcionada por parte de Israel con su innovadora tecnología y su grupo de apoyo.
Por otro lado, Israel, al ser un país que carece de materias primas, necesita del mercado mexicano para así complementarse, ya que su progreso radica en su producción innovadora en campos científicos o tecnológicos y en su propio desarrollo e industrialización.
Viéndolo desde otro punto de vista, Israel debe abrir sus puertas a todo país interesado en mantener una relación con él, debido a que muchos otras naciones se muestran en su contra al realizar cualquier tipo de votación dentro de organizaciones como la ONU o la UNESCO, poniendo como excusa la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Aquellos países que son conocedores de la verdadera historia de Israel, son quienes brindan apoyo a esta nación. Por el contrario, los pueblos que tienen una versión falsa de los acontecimientos son los que buscan perjudicarlo.
Sin embargo, a pesar de tener una fructífera relación, la política exterior mexicana es considerada neutral, es decir, que no toma parte por ninguna de las dos posturas enfrentadas en un conflicto o guerra, con la intención de mantenerse al margen de la misma.
Esto quiere decir, que México siempre se ha abstenido ante cualquier tipo de disputa en la cual no esté involucrado. Lo cual no es beneficioso para Israel, tomando en cuenta que muchos países no mantienen una buena relación con él y necesita de otras naciones que le proporcionen apoyo.
Un ejemplo sería la abstención de México a trasladar su embajada a Jerusalén, ante el discurso del actual presidente, Donald Trump, quien explica su postura con el reconocimiento de un estado judío por una deuda moral histórica. Debido a que desde 1995, una ley del Congreso de Estados Unidos pidió el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, sin embargo, los presidentes anteriores, han firmado cada seis meses un decreto aplazando la decisión.
Desde su ascenso a la presidencia estadounidense, Donald Trump siempre se ha mostrado con una posición política pro-judía. Sin embargo, el reconocer a Jerusalén como la capital de Israel podría ser contraproducente y desatar nuevos conflictos, a pesar de que se afirmó que esta nueva decisión permitiría la libertad de culto para judíos, cristianos y musulmanes.
Una de las principales problemáticas que trajo esta decisión, es una ola de protestas por parte de grupos islamistas y organizaciones palestinas, quienes están llevando a cabo manifestaciones ante las embajadas de Estados Unidos alrededor del mundo.
Un ejemplo de las primeras confrontaciones, se llevó a cabo el 4 de diciembre del 2017, en donde una protesta conformada por miles de palestinos, dispararon dos proyectiles desde la Franja de Gaza a territorio Israelí.
Ante toda esta situación, México afirmó que su relación bilateral con el Estado de Israel se mantendrá en pie, a pesar de sus distintos puntos de vista en cuanto a la decisión del traslado de la embajada estadounidense y descarta cualquier tipo de tensión entre estas dos naciones y los vínculos entre sí.
Esta afirmación, se confirmó con la primer visita desde la fundación de un Estado judío, por parte del primer ministro, Benjamín Netanyahu, la cual tiene como intención potenciar la relación con una región de gran importancia global, así como con comunidades judías sionistas influyentes y finalizar acuerdos de cooperación en áreas como comercio, seguridad, tecnología, desarrollo agrícola, medicina y manejo del agua.
El Tratado de Libre Comercio entre Israel y México se actualizó con la visita de Benjamín Netanyahu a México, con la intención de intensificar la relación comercial que tienen, tomando en cuenta que Israel es el principal socio comercial de México en el Medio Oriente, así como el segundo inversor extranjero y que el comercio entre ambos países ha incrementado hasta un 157%.
Por otro lado, la visita del primero ministro, ha asegurado mayor cooperación en materia de ciberseguridad en México, con el propósito de combatir los fraudes que se llevan a cabo a través del internet, en donde cada vez hay más delitos electrónicos, como el tráfico de órganos o la pornografía infantil. Por medio del alto desarrollo de tecnología israelí, han acordado trabajar para que las transacciones electrónicas sean seguras.
Netanyahu también visitó empresarios latinoamericanos interesados en hacer negocios en Israel, así como hombres de negocios israelíes interesados, que invertirán en la región y traerán beneficios más tarde.
“Quienes venimos trabajando sistemáticamente desde hace décadas por la profundización de los lazos diplomáticos entre Israel y América Latina, y de vínculos constructivos entre el hemisferio occidental y el Estado Judío basados en intereses y valores compartidos, consideramos esta gira como un hito que indudablemente marca nuevos horizontes”. (Siegel, 2017).
Se puede percibir que esta visita trajo mayores oportunidades de negocios e inversiones entre ambos países, como el acuerdo de tecnología satelital, servicios aéreos, entre otros. Movimientos que se caracterizan por un diálogo abierto, respetuoso y franco que traerá nuevos beneficios a nuestro país.
Sin embargo, otro de los principales retos que afrontan estas dos naciones, es la postura pro-palestina que mantienen los noticieros mexicanos y la mala fama que hacen a Israel, así como el antisemitismo creciente que se ha desarrollado en México en los últimos años. Este sentimiento de odio, no se halla en el gobierno, si no en su población.
“Encontramos un tipo de antisemitismo “moderno” que se esconde bajo la carreta del anti– israelismo. México no ha sido inmune a la difundida percepción, -predominante en América Latina- de Israel como un país bélico sin derecho real a existir. Logros científicos, culturales, relaciones comerciales se olvidan, los muertos israelíes no se cuentan y los ataques de grupos terroristas árabes se justifican”. (Prieto, 2011).
Los movimientos antisemita y antisionista, están cobrando fuerza, en gran parte, por la difusión masiva que se da en los medios de comunicación actualmente, en donde se han identificado más de 35 mil publicaciones antisemitas tan solo en la red social Twitter en México, en las cuales se acusa a los judíos de ser más leales a Israel que a su propio país, la utilización de símbolos o imágenes asociadas con el antisemitismo, por solo mencionar algunos.
No obstante, a pesar de todos los retos a los cuales se enfrentan estas dos naciones, han logrado establecer una relación bilateral exitosa con diversos beneficios en todos los aspectos, ya que el mercado israelí no es visto como una competencia, si no como una economía complementaria para nuestro país.
Este año se cierra un ciclo, se festejan 65 años de esta fructuosa relación, la cual ha permitido a estas dos naciones trabajar en conjunto, dándoles la oportunidad de explotar todo su potencial e intercambiarlo con el otro. Un nexo que ha traído nuevos retos y desafíos, sin embargo, es un vínculo que ha proporcionado gran provecho a México y a Israel.
Dos naciones con visiones distintas que han logrado construirse a sí mismas por medio de colaboración, paciencia y un vínculo de amistad a través de los años.
Yael Aspani, del Colegio Or-Hajayim, ganadora del segundo lugar en el concurso de ensayo Israel en México, organizado por la Universidad Hebraica.
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