Por: Dana Guterman, ganadora del tercer lugar del concurso de ensayo «Juventud judía en México», del Colegio Hebreo Tarbut.
El iris y la pupila de un ser humano flotan sobre un lienzo blanco brillante, un color que no posee ninguna de las otras 220 especies primates en sus ojos. El blanco es una atracción a uno de los medios más importantes que poseen las personas, no únicamente para influir, también para mantener la atención de las personas, es un método efectivo para poder impresionar a los demás, atrae, fascina y tiene la habilidad de transmitir sentimientos y vibraciones.
En la mitología podemos ver cómo se consideraba al ojo como una fuente de sabiduría, culturas en la antigüedad le rezaban a lo que consideraban los ojos de la naturaleza, el sol y las estrellas, pensando en que un ojo nunca deja de velar por la existencia de los seres vivos, los cristianos consideraban a los ojos como ventanas del alma, en la ciencia hermética, representan la transformación hacia la luz y la ciencia, para el Islam el ojo muestra el intelecto absoluto, en el judaísmo se considera que hay que proteger los ojos para el fortalecimiento de la fe y la santidad personal.
El Talmud enseña que los ojos son de los órganos más espirituales de todo el cuerpo: “A través de los músculos de los ojos estamos conectados con el corazón” (Avodá Zará 28b), mostrando a los ojos como algo esencial para el acercamiento con la religión, y dejando en claro que hay que saber direccionarlos hacia el camino correcto para lograrlo.
Otra forma que demuestra lo fuerte que es la figura del ojo en el judaísmo es el mal de ojo, la creencia que con sólo una mirada se puede lograr lastimar a alguien de alguna forma. En varias partes del Midrash, rabinos sugieren que el mal de ojo tuvo un rol clave dentro de la Torah, un ejemplo es cuando Sara se lo dirigió a Hagar mientras estaba embarazada, causándole así un aborto involuntario, gracias a éstas creencias, a través de los años los judíos han formado una base de prácticas para protegerse del mismo aunque sean meras supersticiones.
Entender la influencia del ojo, no sólo en el judaísmo sino también en la religión judía, ayuda a tener una mejor comprensión de cómo se puede llegar a sentir una persona dentro de la comunidad judía en un país que siempre los está observando por ser una minoría y dentro de una misma comunidad que observa y critica todos sus movimientos como personas.
Primero hay que discutir lo que es ser una minoría en un país como México. En la actualidad ya no se considera ser parte de una minoría cultural como un caso de doble lealtad, que dice que uno debe cambiar una parte de lo que es para ser completamente leal a una sola porción de su identidad, habiendo mencionado ésto es importante recalcar que los judíos no tiene ningún problema de vivir como cualquier otro ciudadano por el hecho de profesar su religión con respecto a los estándares del país, concluyendo así que el verdadero problema yace en la visión que tiene la sociedad mexicana sobre los judíos. Mexicanos completamente ajenos a la comunidad hablan de una división que tiene la misma con respecto al resto del país, también diciendo que los judíos no tienen deseos de unificación, al ser vistos así, pensando en el efecto del ojo y las visiones de los demás en el judaísmo podemos deducir que ésto afecta directamente el comportamiento de la comunidad y su forma de pensar.
Las formas en las que pudo haber llegado a afectar la mirada de otros es que la gente judía en México, verdaderamente ha comenzado a pensar que su comunidad no está unificada ni tiene intenciones de unirse por lo que cada persona, comienza a dejar de hacer el mínimo esfuerzo por conocer a personas fuera de los círculos a los que está acostumbrada. Mostrando, sin ser tan drástico, el efecto del mal de ojo plasmado en una comunidad más actual.
Esta separación que se tiene con el resto de la población mexicana, afecta en varios aspectos de la vida cotidiana y en la forma en la que una persona dentro de la comunidad ve a las personas que viven en su mismo país, finalmente, aunque tengan diferentes raíces viven en un mismo territorio, pero la visión es que ambos lados no tienen nada en común, la fuerza de la visión una vez más tiene influencia no sólo en los que profesan la religión sino también en la gente afuera del círculo que pierde el deseo de integración. Ese es el primer problema notable que tiene la comunidad judía en México con respecto al ojo, una división casi completa con la gente que los rodea.
El hermetismo de la comunidad nos lleva a considerar un segundo tema, cómo dentro de la misma se perciben unos a otros, ésto es complicado de explicar y aún más de comprender ya que es imposible entender la mente de cada una de las personas que la conforman y porque para cualquiera, la gente con la que comparten su religión dentro del país se vuelve todo su mundo y en un mundo se encuentran todo tipo de opiniones.
Considerando opiniones y lo que sí se conoce acerca de la percepción que se tiene dentro de la comunidad, se podría decir que existen personas o grupos que se sienten señalados por gente de su mismo círculo. Se ha vuelto un ambiente en el que por más que se ayudan los unos a los otros en circunstancias difíciles, tienen una increíble habilidad para juzgar por los mínimos detalles, al ser un grupo de personas considerablemente pequeño, cualquier error o cosa por más diminuta que sea, es observada por todos cambiando la visión colectiva que se tiene sobre la persona o grupo al que se atribuye ese detalle.
Y visto desde la perspectiva del grupo o persona señalado, tener el ojo de toda una comunidad sobre ellos afecta por la influencia del ojo antes expuesta y por el mal de ojo de no sólo una sino de miles de personas, causando que éstos quieran salir de la burbuja en la que se encuentran pero sin poder lograrlo por el hermetismo antes mencionado que también se origina de una visión. Uno de los mayores conflictos que hacen difícil la resolución de esta problemática es que se genera desde que los niños se están formando y se ve presente desde la escuela.
La misma visión que crea una separación social, origina una ruptura en perspectivas colectivas sobre la misma religión, perspectivas que a veces parecen separarlos en grupos sectarios indiferentes unos de los otros. Eso forma el tercer punto importante a mencionar, cómo una visión sobre un tema que une a la comunidad, también la separa.
Al parecer a la comunidad no le bastaba únicamente con tener una división social entre la misma y con la población de México, también debían encontrar una forma de dividirse con respecto a temas de la religión. Las perspectivas colectivas que se mencionaron anteriormente son cómo está dictada la religión según la Torah pero la ruptura la ocasiona la forma en la que cada grupo de personas observa, percibe e interpreta la forma en la que se debe llevar la religión. Entonces, ya no se trata de una visión sobre alguien sino sobre algo y no es una perspectiva que debería afectar la forma en la que las personas se relacionan pero por alguna razón que a muchos les puede parecer rebuscada, sí lo hace. Es una vez más una forma de demostrar que, en este caso los judíos, tienden a enfocarse en lo que los diferencia en vez de en lo que los une, mismo que pasa con la relación de judíos y no judíos en México.
Si alguien tiene una ideología igual a la de otro pero no sigue las mismas costumbres o todas las que se deberían según lo que éstos coinciden en pensar, esas dos personas no se pueden relacionar, ejemplificando la forma con la cual se dividen grupos de personas muy delimitados por el hecho de no ser iguales en todos los sentidos. En una comunidad que se enfoca en los detalles, la diferencia entre ser conservador, ortodoxo, reformista y otros es exagerada por las personas hasta el punto de desvalidar otras formas de pensar con tal de demostrar que su visión es la única correcta.
El judaísmo es una religión que deja muchas cosas a la interpretación de las personas entonces no hay razón por la que sería adecuado considerar que una visión no es válida ya que es simplemente una perspectiva más en el mar de ideas con respecto a de qué forma se debe llevar la religión. Es complicado lograr que no existan estas separaciones en el país en el que está basada la religión, Israel, también existen y están extremadamente marcadas.
Para comenzar a concluir se debe reiterar que todos los problemas mencionados tuvieron como causa una visión o varias dentro o fuera de la comunidad judía de México que la afectan directamente y en el caso de los dichos conflictos logran una división con algún aspecto importante en su vida en sociedad. Cosa que nos lleva al principio del escrito, el ojo, ya sea literalmente o metafóricamente es una herramienta con un poder de influencia enorme y en la comunidad judeo-mexicana se puede notar como han dejado que influya en aspectos de su identidad y su forma de comportarse como sociedad ante diferentes situaciones.
El ojo, útil como se teoriza puede influir ya sea negativamente con los estereotipos hacia ajenos como de manera positiva ya que nos puede revelar la verdad en un mundo cegado por prejuicios selectos a veces por líderes, o en su mayoría selecto por la misma sociedad.
Por más que suene utópico, la solución es que todos lleguen al punto de darse cuenta, cuántas de sus decisiones son determinadas por la visión o comportamiento de otros para así asegurarse de que todo lo que se hace es por iniciativa e influencia propia, lo triste es que nadie le ha logrado encontrar una solución más factible por lo que si a alguien se le ofrece la opción que sí existe de darse cuenta la ve tan lejana que ni se esfuerza por dar el primer paso. Eso es lo que pasa con la comunidad judía, se ve estancada porque la solución es tan utópica que no se atreven a dar el primer paso y finalmente, si el ojo es una parte importante en el judaísmo para el acercamiento a la religión y la comunidad se estanca dejando al ojo ajeno tomar las decisiones, cómo se espera que realmente exista una conexión con la misma.
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