El imperativo ético de la memoria de la Shoa

Dr. Daniel Fainstein, Decano del Departamento de Estudios Judaicos de la Universidad Hebraica de México.

La Shoa es considerada uno de los acontecimientos centrales de la historia contemporánea. El hecho que desde el año 2005 se conmemore el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, –por tratarse del día de liberación del principal campo de  concentración y exterminio Auschwitz, Birkenau en 1945– constituye un testimonio elocuente de su importancia y universalidad.

Las implicaciones políticas, culturales, éticas y educativas del Holocausto o Shoa, paradigma del “mal radical” y verdadero parteaguas de la historia humana, son evidentes.

“Auschwitz evidenció que razón y ciencia no constituían, necesariamente, las vías de liberación que la Ilustración había soñado ni podían evitar las vertientes más sombrías de la barbarie”.

“Nuestra mitología moderna empieza con un gigantesco punto negativo: Dios creó el mundo y el ser humano creó Auschwitz…

Da la impresión de que los dos grandes principios que constituyeron el motor de la creatividad europea, la libertad y el individuo, ya no son valores inamovibles.[1]

En los años de la posguerra, el filósofo Theodor Adorno planteó la relación inextricable entre la Shoa y los imperativos de la educación.

“La exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas las que hay que plantear a la educación. Precede tan absolutamente a cualquier otra que no creo deber ni tener que fundamentarla… Fue la barbarie, contra la que la educación entera procede…”[2]

Frente a la proliferación de los discursos del odio, los fundamentalismos violentos y las ideologías racistas, debemos generar los mecanismos jurídicos y las prácticas sociales democráticas, que preserven la pluralidad, los derechos humanos, limitando a los grupos violentos de todo signo y color.

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[1] Imrei Kertesz, Un instante de silencio en el paredón. El Holocausto como cultura, Herder, Barcelona, 2002, p. 18 y 27.

[2] Theodor Adorno, Educación después de Auschwitz en Educación para la Emancipación , Morata, Madrid, p.79.

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