Para entender cualquier conflicto, es esencial conocer a los actores involucrados y reconocer los factores que lo impulsan. En 1979, Irán lanzó su primer ataque directo desde su territorio hacia Israel, marcando el inicio de una hostilidad que perdura hasta hoy. En su más reciente webinar, el Dr. Daniel Fainstein, Decano y profesor del Departamento de Estudios Judaicos de la Universidad Hebrea, nos expone cuatro claves fundamentales para comprender esta hostilidad:
1. De aliados a enemigos – antes de 1979, Irán e Israel mantenían una relación de cooperación y amistad. Sin embargo, la Revolución Islámica transformó esta alianza en una profunda enemistad. Comprender este cambio es vital para entender la dinámica actual entre ambos países.
2. La Revolución Iraní: la Revolución Islámica de Irán – la Revolución Islámica de 1979 fue un punto de inflexión que no solo alteró el régimen político de Irán, sino que también redefinió su política exterior. Esta revolución estableció un gobierno teocrático chiita que adoptó una postura abiertamente hostil hacia Israel, considerada como un enemigo ideológico y religioso.
3. La cosmovisión antiisraelí y antioccidental del islamismo chiita – El islamismo chiita, promovido por el régimen iraní, sostiene una cosmovisión que rechaza tanto a Israel como a las influencias occidentales. Esta ideología se ha convertido en una piedra angular de la política exterior iraní, alimentando la hostilidad hacia Israel y justificando su apoyo a grupos militantes en la región.
4. Irán en la geopolítica regional y global- Irán no solo busca influencia en el Medio Oriente, sino que también aspira a tener un rol en la geopolítica global. Su apoyo a diversas milicias y su intervención en conflictos regionales son estrategias para aumentar su poder y contrarrestar la influencia israelí y occidental. Esta ambición global intensifica las tensiones y crea un ambiente propicio para el conflicto.
Estudiar estas cuatro claves nos brinda un panorama claro para comprender que la hostilidad de Irán hacia Israel tiene profundas raíces ideológicas en el islamismo radical. Irán actúa como un factor de tensiones dentro del Medio Oriente, buscando generar crisis. Sin embargo, es importante reconocer que el Islam está en otra etapa de su desarrollo, y la mayoría de los estados islámicos hoy en día no buscan intensificar los conflictos.
“¿Se establecerá el orden o no? No lo sabemos, pero estudiarlo nos ayuda a entender qué es lo que verdaderamente está pasando”, menciona el Dr. Fainstein.
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