In Memoriam: Paul Mendes-Flohr

Por: Dr. Daniel Fainstein, Decano y profesor del Departamento de Estudios Judaicos de la UH.

Paul Mendes-Flohr (Brooklyn, Estados Unidos, 1941), falleció durante Shmini Atzeret en Jerusalem, dejando un vacío irreparable en el mundo académico y en los corazones de quienes tuvimos el privilegio de conocerlo.

Fue mi profesor, mentor, tutor de tesis y amigo. Un hombre excepcional, cuya profunda sensibilidad humana, calidez, inteligencia y dedicación marcaron a todos aquellos con quienes compartió su vida y su obra.

Paul se formó en la Universidad de Brandeis donde se doctoró bajo la guía de Alexander Altmann, Nahum Glatzer, académicos refugiados judíos del nazismo.

Fue profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalem y en la Universidad de Chicago. Se desempeñaba como investigador principal en el instituto Van Leer de Jerusalem.

Reconocido como uno de los más grandes estudiosos del pensamiento judío moderno y de la teología contemporánea, Mendes-Flohr fue el principal experto en la obra de Martin Buber. Paul escribía en una prosa extraordinaria, precisa y lúcida.

Su obra abarca una gran cantidad de libros y artículos académicos entre los que mencionamos: Cultural Disjunctions.Postraditional Jewish identities (2021) Martin Buber: A Life of Faith and Dissent (2019), The Jew in the Modern World: A Documentary History(1995, coeditado con Jehuda Reinharz); German Jews: A Dual Identity (1999); From Mysticism to Dialogue: Martin Buber’s Transformation of German Social Thought (1989); Divided Passions: Jewish Intellectuals and the Experience of Modernity (1991), entre otras.Recientemente se publicó en Israel un libro en su homenaje titulado: ¿Es posible todavía el Tikun Olam?.

Lo conocí como alumno en la Universidad Hebrea de Jerusalem en 1984 y desde entonces lo he considerado como un referente fundamental en mi vida. Encarnaba como docente y como persona lo mejor del espíritu judeo alemán desarrollado por figuras como F.Rosenzweig, Martin Buber, G. Landauer,E.Akiba Simon, Nahum Glatzer, Alexander Altmann y G. Scholem, entre otros.

Fue padrino de mi tesis doctoral en la UNAM (junto a Judit Bokser Liwerant) y tuvo la gentileza de venir personalmente a mi examen profesional, con el generoso apoyo de la UNAM. La convivencia en esos días en México fue maravillosa para mi y mi familia.

Su contribución al estudio del diálogo, el judaísmo y la modernidad es incalculable, y su legado seguirá inspirando a futuras generaciones.

Hoy lo recordamos no solo por su brillantez intelectual, sino también por su inigualable humanidad. Que su memoria sea bendición y guía para todos nosotros.