Por: Adina Frid Schleider
Programa de Formación de Directores de la Universidad Hebraica.
Visitar el Colegio Edmund Hillary fue una experiencia profundamente inspiradora. En medio de una zona marcada por carencias y riesgos, encontré una comunidad educativa que trasciende las circunstancias y demuestra lo que es posible cuando se combina liderazgo visionario con un modelo educativo vanguardista.
Me impresionó el orgullo y sentido de pertenencia de los alumnos, quienes no solo alcanzan logros académicos destacados, sino que también reflejan un profundo respeto y compromiso con las normas del colegio.
Este entorno no se basa en disciplina estricta, sino en una cultura de responsabilidad clara: quienes forman parte de esta comunidad valoran profundamente el privilegio de estar allí. Además, pude observar el liderazgo transformador de Raúl Canales, un director que empodera a su equipo, fomentando un ambiente de colaboración y confianza.
Compartir con los docentes nuestras preocupaciones comunes, como la falta de involucramiento de algunos padres en la educación de sus hijos, me recordó que los desafíos educativos son universales, pero que con visión y compromiso se pueden superar.
Esta visita reafirmó en mí la convicción de que la educación no solo es un motor de cambio, sino también un acto de esperanza y propósito. Como directora, me llevo la inspiración de seguir construyendo espacios donde los estudiantes y sus familias encuentren un camino hacia un futuro mejor.



